METODOS DE MEDICIÓN DEL IMPACTO SOSTENIBLE

El mayor reto que se presenta cuando aplicamos el análisis de sostenibilidad al diseño de producto es, tomar decisiones objetivas a partir de datos de diferente naturaleza.

Por este aspecto, muchos trabajos de investigación se centran en unificar criterios a la hora de medir y expresare la sostenibilidad y en desarrollar metodologías que muestren de forma objetiva, concreta y cuantitativa el impacto.

INTRODUCCIÓN

Un análisis de sostenibilidad se trata de buscar el mejor equilibrio entre sus tres dimensiones: medioambiente, economía y sociedad, campos que, aunque dentro de un proyecto estén relacionados y sean dependientes, su interpretación es completamente diferente.

Además, aplicar una medida de mejora obliga a proyectar y medir de nuevo todo el sistema, porque, lo que mejora la dimensión medioambiental, puede empeorar la económica o la social. Por lo que, valorar la mejoría que proporciona un caso u otro puede resultar muy complejo.

Esta complejidad al poner en juego la sostenibilidad hace que se centren muchos esfuerzos en cómo y con qué parámetros medir los resultados, de forma que el impacto de las tres dimensiones se pueda exprese armónicamente entre ellas. 

En este artículo, recopilamos y mostramos metodologías existentes que buscan expresar el impacto sostenible de una forma normalizada. Esto significa, que dan pesos diferentes a cada indicador, en función de la importancia que tenga, para ponderarlos y obtener un indicador único que represente el nivel de impacto.

Si queréis conocer más sobre normalización de indicadores de sostenibilidad: Gan, X. 2017.

METODOLOGÍAS

Actualmente existen varias metodologías para expresar el impacto sostenible de forma normalizada, algunas de forma numérica, directamente con indicadores y otras de forma gráfica, como veremos. Aquí recogemos algunas de las existentes, para dar una pincelada de las soluciones que van apareciendo.

LIFE CYCLE INDEX (LInX) (Khan, F. 2004)

Esta metodología divide los indicadores en 4 grupos: medioambiente y recursos, coste, técnico y socio político, y establece 3 niveles de medición. Comienza con los indicadores estándar de cada uno de los 4 grupos, en el nivel 1, los agrupa en 7, 4 medioambientales y 1 para el resto, en el nivel 2, encontramos 1 indicador medioambiental y otro técnico y por último, en el nivel 3, el indicador único que mide el resultado.

A cada uno de los indicadores iniciales se les da un peso, para ponderarlos en los grupos. Se hace los mismo con los siguientes niveles.

Figura 1. Life cycle index (LInX). (Khan, F. 2004).

THE TRIPLES-BOTTOM-LINE BASED SUSTAINABILITY (Xu et al., 2017; Aliabadi and Huang, 2015)

Esta metodología busca expresar la sostenibilidad en el espacio de un cubo. Las 3 dimensiones (medioambiente, economía y sociedad) son representadas por los tres vectores (x, y, z). Por lo que primero, se debe expresar las tres dimensiones de forma normalizada, con un único valor. Después, se colocan en los índices, y el impacto sostenible es determinado por un vector, que va desde el punto (0, 0, 0), hasta el punto que defina el impacto de las 3 dimensiones.

Figura 2. The Triple-bottom-line based sustainability. (Xu et al., 2017; Aliabadi and Huang, 2015).

COMPOSITE SUSTAINABILITY PERFORMANCE INDEX (Singh, R. 2007)

En este caso, se utiliza la representación numérica, junto a la representación gráfica. Se parte de 5 categorías donde se agrupan los indicadores: Gobernanza, Aspectos técnicos, Rendimiento económico, Medioambiente y Sociedad.

Se asigna un peso, tanto a los indicadores como a las categorías, para obtener los indicadores normalizados del nivel 4: Outstanding, good, average, fair and poor.

Por último, se representan las 5 categorías en un gráfico pentagonal, para identificar gráficamente el impacto.

Figura 3. Composite sustainability performance index. (Singh, R. 2007).
Figura 4. Composite sustainability performance index graphic. (Singh, R. 2007).

ECOINDICADOR 99 (Goedkoop, M. 2001)

Aunque esta metodología de normalización sólo abarca la parte medioambiental, no me podía dejar una de las primeras que apareció con este enfoque, y posiblemente la más conocida y utilizada desde el punto de vista del diseño de producto.

El esquema muestra todo el proceso de análisis de ciclo de vida, el paso 1, con las etapas y las emisiones generadas, el paso 2, donde se recogen los diferentes indicadores, y el paso tres, donde a partir de dar pesos a los indicadores se agrupan, primero en 3 bloques: recursos, ecosistema y salud humana y finalmente en el indicador genérico.

Esta metodología es muy común, y aparece como una metodología de cálculo más en la mayoría de softwares de cálculo de impacto y análisis de ciclo de vida.

Figura 5. Eco-indicador 99. (Goedkoop, M. 2001).

BENEFICIOS DE LA NORMALIZACIÓN DEL IMPACTO

La sostenibilidad es un enfoque muy amplio y su aplicación depende de cada caso concreto, lo que hace tan complicado conseguir un marco de medición e interpretación del impacto conjunto y unificado. Además, contribuye que aparezcan diferentes metodologías, pensada para aplicaciones o sectores muy concretos.

A día de hoy, hay un buen abanico de metodologías para utilizar dependiendo del proyecto, y con un grado de flexibilidad para adaptarse a cada caso.

Desde el punto de vista de integrar la sostenibilidad en el diseño de producto, poder analizar las tres dimensiones de la sostenibilidad de forma conjunta es una gran ventaja. Al ser necesario contar con indicadores objetivos, concretos y cuantitativos para poder justificar la toma de decisión entre diferentes alternativas.

Así pues, es un campo que sigue avanzando y mejorando a medida que aumenta la aplicación del concepto de sostenibilidad en los diferentes ámbitos.